

MUJERES QUE VIAJAN SOLAS
«¿Nadie quiso ir contigo?» «¡¿FUISTE SOLA?!» «¡¡¡Que peligro!!!»
Eso y miles de cosas más tenemos que escuchar las mujeres cuando decidimos hacer prácticamente cualquier cosa por nuestra cuenta.
Hoy te traigo la historia de otras mujeres que (como yo) decidieron romper con los estereotipos y se fueron a recorrer el destino perfecto para esos momentos de sus vidas. Decidí hacerlo como una entrevista para darles la facilidad de organizar sus ideas.
Estas fueron las preguntas en cuestión:
- Haz un pequeño resumen sobre ti. ¿Cuál es tu nombre? ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tenias la primera vez que viajaste sola?
- ¿Cuál fue tu primer viaje en solitario?
- ¿Por qué tomaste esa decisión?
- ¿Aprendiste algo al vivir esa experiencia?
- ¿Con que prejuicios te encontraste cuando contaste que lo harías sola?
- ¿Viviste alguna situación que te pusiera en peligro?
- ¿Cómo lo solucionaste?
- ¿Qué consejo le darías a otras mujeres que quieran viajar solas?
- ¿Lo recomiendas?
Cada una de estas chicas tiene una historia diferente, un viaje particular, el corazón lleno de ganas de brindarte la inspiración que te hacía falta para coger tu mochila y comerte el mundo pero también muchas perspectivas de cómo puedes estar sola aunque «tengas compañía».

«Lo primero que me dijeron fue “¿sola, sola?” como si con un sola no bastaba»
Primer viaje sola: 37 años
Mi nombre es Fabiana, soy uruguaya, vivo en un balneario en el este del país (Piriápolis) psicóloga de vocación y profesión, mamá de un pequeño de diez años, estudiante de arte e integro desde hace varios años un grupo de teatro independiente.
La primera vez que me embarqué en un viaje sola tenía 37 cumpliendo mis 38 en el viaje. Aterricé en Madrid, un sueño que había tenido toda mi vida. Desde ahí recorrí Málaga, Torremolinos, Granada, Sevilla, Córdoba, Barcelona.
Decidí viajar sola para encontrarme conmigo misma y poder vivir mi sueño desde mis deseos y desde lo más profundo de mi ser. Elegí viajar sola, elegí celebrar mi cumpleaños y que el universo me fuera llevando a donde necesitaba ir.
Aprendí que viajar sola es fascinante, que puedes vivir tus propios ritmos. En este lado del mundo en el que vivo no tenemos naturalizado que por ejemplo una mujer se siente sola en un bar a cenar o beber, sentirme cómoda brindando conmigo misma fue de las mejores. Recorrer los museos dialogando conmigo misma. Encontrarme con mujeres que también viajaban solas, reconocernos y conectar.
Lo primero que me dijeron fue “¿sola, sola?” como si con un sola no bastaba, algunas personas hasta fantasearon con que iba acompañada y no quería decirlo o se fijaban en las fotos a ver si salía alguien más. También preguntaban “¿Qué iba a hacer, a dónde iba a ir?, ¡¿sola? ¿sola?!”.
No viví absolutamente ninguna situación de peligro, transité las noches, recorrí todos los lugares que quise y nunca me sentí en riesgo.
Si bien sabemos que muchas veces las mujeres estamos en riesgo, no siempre ese riesgo viene de un extraño que te aborda en un callejón oscuro, morimos a manos la mayoría de las veces de quien nos juró amor y eso no tiene que ver con el viajar o estar sola.
Les invito a animarse, no esperen compañía, con nuestros deseos basta. La compañía es una misma, con la certeza siempre de que en el camino las mujeres libres nos reconocemos y acompañamos.
¡LA VIDA ES AHORA Y HAY QUE VIVIRLA!

«En general, una vez rompes esa barrera ‘mental’ del primer viaje, los demás vienen solos.»
Primer viaje sola: 23 años
Me llamo Ana y soy periodista, empecé trabajando en un diario regional y lo disfruté muchísimo, pero no encontré estabilidad en los medios de comunicación y empecé a trabajar en empresas, como responsable de su departamento de comunicación y marketing.
A los veintipocos empecé a viajar en serio y mi primer viaje sola fue con 23 años.
Quería explorar Europa y aproveché que viví un año en Francia para irme de viaje por capitales europeas en transporte económico y durmiendo en hostales. Empecé con viajes cortos de fin de semana. Sentí que necesitaba explorar mundo, conocer nuevas culturas, perderme en ciudades nuevas, ponerme un poco al límite y disfrutar el proceso.
Aprendí a ser más consciente de la realidad que me rodeaba, al tener que estar pendiente de cosas que normalmente no hago ‘en casa’, como por ejemplo, buscar referencias para orientarme al callejear, o hablar con desconocidos (cuando viajas con amigos la conversación se centra en ellos y no buscas a nadie más), mirar con ojos de niño lo que para otros es rutina.
En general, la pregunta más repetida era: ¿por qué? y yo pensaba, ¿por qué no?
Viajando sola alguna vez puede ocurrirte alguna cosa, en mi primer viaje no ocurrió nada malo pero en otros sí. Suelo ser prudente pero en ocasiones sencillamente pasear sola en determinados lugares, puede ser peligroso. Incluso en tu ciudad. Tuve la suerte de estar entrenada en Kung-fú durante muchos años, y me dio las herramientas necesarias para defenderme rápidamente y salir corriendo, así que no ocurrió nada pero pudo haber tenido un desenlace horrible.
Lo recomiendo cien por cien, te da seguridad y te abre un mundo enorme de posibilidades. No soy mucho de dar consejos, quizás solo recomendaría tener prudencia y sentido común, especialmente en lugares con culturas y legislaciones diferentes. ¡Y disfrutar del camino! En general, una vez rompes esa barrera ‘mental’ del primer viaje, los demás vienen solos. ¡Anímate!

«Sentí que la única forma era largarme a viajar para poder experimentar otras cosas.»
Primer viaje en solitario: 18 años
@alinfinitoo
Mi nombre es Evangelina González Rodríguez , es re largo pero mis amigos en Alemania me dicen Evan porque no me siento mujer ni hombre (esto no lo cuento mucho porque tengo miedo de ser juzgada) así que prefiero que me llamen Evan, ya que es un nombre más neutro. Soy viajera, manejo un restaurante y tengo un canal de Youtube pero voy laburando en lo que la vida me presente.
La primera vez que viajé sola tenía 18 años recién cumplidos. Me fui desde Mendoza Argentina a Córdoba Argentina haciendo dedo. Me llevó un señor que me marcó mucho con una frase que decía: “Si vas hablar de alguien que sean solo cosas buenas”. Esto me quedó porque después, en el viaje, me hizo ver muchas cosas. Puede parecer muy sencillo, pero si hablas mal de alguien, con el tiempo, siempre vuelve.
Tomé la decisión de viajar sola porque nací y crecí en una finca muy pequeña en Argentina y aunque tenía muchas ganas de conocer el mundo no contaba con las posibilidades. Sentí que la única forma era largarme a viajar para poder experimentar otras cosas.
Al vivir esta experiencia aprendí a ser libre. Entendí que solo vemos hasta cierta distancia y que debemos ir pasito a pasito porque no sabes cómo se dará el viaje. Por ejemplo, cuando me fui en ese camión de Mendoza a Córdoba, jamás me imaginé que ahora estaría viviendo en Alemania, que iría a las Maldivas, Indonesia y un montón de lugares que he conocido y aquella Eva de 18 años no se habría imaginado.
Cuando conté que me iba sola la gente directamente ni me creía, era como: “Sisi, la Eva diciendo flashadas otras vez”, “¿Pero por qué no te vas con tu amigo o con una amiga?” “¿Sola y mujer? Te va a pasar algo”. “Encima viajando con camioneros haciendo dedo, el mundo está muy malo…” En mi canal de Youtube tengo un vídeo donde hablo sobre cómo ser mujer y viajar sola (Haz clic aquí para verlo).
En un viaje en Lille – Francia viví una situación de peligro. La pasé mal pero logré escapar con un tip que doy en el vídeo de Youtube. Yo estaba esperando mi próximo tren, pero la estación iba a cerrar un par de horas así que, como no tenía reserva en ningún hotel, fuí con un chavo (que conocí allí) y quedamos en tomarnos unas copas mientras pasaba el tiempo de espera. Al salir de la estación nos acorralaron dos hombres, nos separaron y empezaron a pedirnos dinero. Tuve que correr alrededor de 1km pero logré escaparme. Es importante estar en forma si quieres viajar sola.
(Si quieres conocer la historia completa haz clic aquí).
El consejo que les daría a otras mujeres que quieran viajar solas sería que se escuchen, que escuchen sus emociones. No digan “Si” solo para agradar. A veces creemos que debemos agradarle a todos, tenemos ese concepto sobre las mujeres, pero para mantenerte a salvo debes ser un poco tosca e irte si no quieres estar en un lugar.

«Siempre he pensado que las personas que emigran, y las que viajan solas por el mundo, vuelven a nacer, una y otra vez.»
Primer viaje sola: 21 años
Hola, mi nombre es Paola Bizzarro. Soy una venezolana de 26 años. Amante de las personas y de cómo funciona nuestra mente, por esa razón estudié la Psicologia en Venezuela, específicamente Maracaibo. Soy mamá primeriza, de un bebé de seis meses y en constante aprendizaje de todo lo que esto de la “maternidad” involucra.
La primera vez que viaje sola tenia 21 años, estaba recién graduada de la universidad, razón por la cual mi mamá me obsequió, un ticket para Londres, UK.
Realmente, fue un obsequio, no considero que haya sido una decisión 100 % propia, sino más bien, una aventura. Nunca había pisado Europa, y por eso estaba súper emocionada de venir.
Mi estadía aquí y el ticket tenia un tiempo de tres meses. Pero luego de conocer Londres, una situación u otra me hicieron tomar la decisión de quedarme.
Eso, si considero que fue 100 % mi decisión, entonces podría decir, que el destino fue aleatorio, y la decisión de sembrar raíces en este país (Inglaterra) la tomé yo, a los 21 años, sin familia, y sin amistades.
Una de las principales razones, es la situación actual de mi país de origen, lo que me hizo reflexionar en cuanto a: ¿Dónde podría estar que pueda sentir que tengo + oportunidades?
Siempre he pensado que las personas que emigran, y las que viajan solas por el mundo, vuelven a nacer, una y otra vez.
Cuando viaje sola por primera vez, y decidí quedarme, puedo decir que esa fue mi segunda vida de esta vida, esa decisión me ha formado, me ha forjado como persona, y me ha abierto muchísimo más la mente. Aprender un nuevo idioma, probar nueva comida y entender como piensan personas de otra cultura.
Cuando eres mujer, y tienes apenas 21 años, eres más juzgada. Me encontré con muchos prejuicios, más que todo de familiares. Quizás porque piensan que eres más débil, quizás porque piensan que no vas a poder, o que piensan que necesitas un hombre a tu lado para mantenerte económicamente estable. Cosa que no sucedió, y lo demostré.
No viví ninguna situación de peligro, pero si bastantes situaciones incómodas, en las que una persona en su país de origen sabría cómo resolverlas. Suena tonto, pero una cosa tan simple, como no saber utilizar el GPS, o no saber qué transporte público es el que debes tomar para llegar a casa a las 3:00 de la mañana, luego de salir de trabajar es algo bastante engorroso. Te enseña un montón, porque te caes una vez, y si te vuelves a caer es porque tenías que volver aprender. Siempre busqué soluciones y me enfocaba en el “Si puedo sola”.
Ya el estar en otra cultura, con otro pensar, con otro idioma es una situación complicada de por sí. Donde, realmente el que sale airoso es el que se centra en las soluciones y no en los problemas.
Las personas que temen viajar solas es porque tiene un miedo un poco más profundo. [Aqui sale la Psicologa que hay en mi].
Ese miedo tiene nombre y apellido: y es encontrarte contigo mism@.
En mi caso, y ojo cada experiencia totalmente diferente, tenía mucho miedo a encontrarme conmigo, porque no me conocía, porque nunca lo había experimentado, porque nunca me había sentado en un restaurante o en un café y había pedido una mesa para 1.
Entonces: si tienes como objetivo, conocerte, y por ende amar muchísimo más tu propia compañía, lo recomiendo 100 %.

«Cuando conté que me iría sola me dijeron que sería muy peligroso, que me podían robar o secuestrar. Así que tomé la decisión sin importarme lo que me decían.»
Primer viaje sola: 20 años
Mi nombre es Laura, actualmente solo estudio.
La primera vez que viaje sola tenía 20 años, fui a España, a un voluntariado, pero aproveche para conocer las ciudades más importantes como: Madrid, Zaragoza y Barcelona.
Siempre había querido viajar y decidí España ya que tenemos la misma lengua y así me sería más sencillo aprender cómo viajar sola. Aprendí muchísimas cosas sobre la independencia, a tomar mejores decisiones, a comprar lo necesario. Ser más consiente con el dinero y a manejar mis finanzas.
Cuando conté que me iría sola me dijeron que sería muy peligroso, que me podían robar o secuestrar. Así que tomé la decisión sin importarme lo que me decían. No viví ninguna situación de peligro pero si momentos donde me pude sentir un poco expuesta, por ejemplo, en Barcelona me quedé en un hotel que está ubicado en una zona donde roban a muchos turistas. No me pasó nada, pero de igual forma tomé precauciones como: caminar rápido y estar muy atenta a mi alrededor.
A otras mujeres que quieran viajar solas les diría que: HAGÁNLO, tengan cuidado siempre, envíen su ubicación en tiempo real a personas de confianza. Tengan batería portátil e investiguen si conocen a alguien que viva en el destino a donde se dirigen por si necesitan un poco de ayuda.
En este momento estoy haciendo mi 4to viaje en solitario y lo recomiendo totalmente. Es una experiencia única.

«Esa sensación de libertad que me llena de magia, me pone de un humor increíble y me hace sentir capaz de salvar a todo el mundo .»
Primer viaje sola: 24 años
Mi nombre es Salomé González Torres, cuando organicé mi primer viaje en solitario tenía 27 años, era un tour para conocer toda Andalucía – España, pero solo pude ver Málaga y Sevilla por un brote de Crohn que no me permitió culminar. De igual forma, antes de aquello ya había viajado sola a Dublín para aprender inglés (aunque no lo organicé yo) con 24 años. Fue en ese momento cuando note que me costaba muchísimo estar conmigo misma, era una persona que no podía hacer nada sola porque se sentía aburrida. Con el pasar del tiempo, me di cuenta que era porque no me conocía.
Aquí comenzó todo, fui a Dublín para aprender inglés pero para ello debía socializar en una ciudad donde no conocía a nadie, así que empecé a salir sola, iba a bares, hacia todo sola. Allí me enganché, dije: «Esto es lo mío». Desde el 2017 no viajo en grupos porque me di cuenta que es mi momento para conocerme y estar conmigo.
El primer prejuicio con el que me encuentro cuando le digo a alguien que me voy sola es: «¡¿No te da miedo?!» pero también están los clásicos: «¿No te aburres?» «¿Cómo vas a ir a cenar sola?». Ya no es solo cuando voy a viajar, también es cuando quiero hacer cualquier cosa conmigo misma.
Al viajar siempre estamos expuestos a peligros, estemos solos o acompañados. Aunque es cierto que estando solas más. Yo lo que siempre hago es enviarle mi ubicación a mi hermana y estoy en constante comunicación con ella.
En los 6 años que tengo viajando sola, solo una vez estuve en una situación de peligro. Fue una noche en Granada, cuando volvía al hostal al pasar frente un bar, un hombre empezó a sisearme y fue tras de mi. Yo empecé a caminar más rápido y entre a un local, me quedé allí hasta que no vi más al hombre y luego corrí hasta el lugar donde me hospedaba.
De todas las cosas que yo he recomendado en mi vida, viajar «sola» (yo nunca viajo sola, siempre viajo conmigo misma) es lo mejor que me ha pasado porque me desconecto de todo; disfruto de mi tiempo, mi momento, mis decisiones; conozco muchísimas personas porque al estar sola se te acercan otros viajeros y tú no estas enfocada solo en tu grupo, vas a tu ritmo y nadie te va a juzgar. Te atreves hacer cosas nuevas pero sobre todo te hace sentir en libertad total.
También es cierto, he tenido que reconocer que viajar en solitario no es para todo el mundo. No todos se conocen, ni les gusta pasar tiempo a solas para hacerlo. Así que ese tipo de personas no disfrutaran de la experiencia. Los primeros viajes en solitarios son muy difíciles porque tienes que cargar con todos tus defectos así como disfrutas de tus virtudes, lo importante es que estés dispuesta hacerlo.

«Cumplí 19 años e inicié mi primer viaje en solitario y aunque estaba acompañada por mi pareja de ese momento, mentalmente me sentí sola.»
Primer viaje sola: 19 años
Mi nombre es Ale Acosta, tengo 23 años, soy de Caracas Venezuela, artista visual y ahora estilista de moda creativa. Trabajo en producciones de Campañas audiovisuales y ese tipo de cositas.
Estaba acostumbrada a viajar con mi familia: mamá, papá, hermanos. Hasta que cumplí 19 años e inicié mi primer viaje en solitario aunque estaba acompañada por mi pareja de ese momento, mentalmente me sentí sola.
Siempre tuvimos el sueño de ir juntos a New York. El plan era viajar a Estados Unidos para trabajar, hacer un colchón de ahorros y apoyarnos mutuamente. Nuestra relación terminó y pusimos pausa al plan, aunque nunca cortamos comunicación. Un año después, me ofreció ir con él para acompañarnos, apoyarnos y ser un equipo. Yo acepté y pensé que era una oportunidad para nuestra relación… Como nunca lo confirmé, fue el primer paso al desastre. Tomé esa decisión porque era nuestro sueño, comenzaríamos desde cero y siempre quise vivir la experiencia de vivir en un lugar donde no conociera nada. Llegué a New York y así fue, no conocía nada ni a nadie, salvo a él y su círculo.
De esta experiencia aprendí a ser independiente por completo. Entendí que nadie hará la compra, limpiará o preparará la comida por ti. Antes de todo esto yo era una persona que necesitaba mucha compañía, ir a tomar un café e incluso ir al baño juntas. Aprendí a estar sola, hacer todo por mi misma, a sentirme cómoda al ir a comer o caminar sola, a disfrutar de mi propia compañía. Definitivamente es de las cosas que más agradezco.
La mayoría de prejuicios que recibí fueron familiares: «¡¿Cómo te vas con él si no están casados?!», «¡¿Tu mamá te deja?!», me preguntaban qué hacía con mi vida y yo solo les respondí: «Lo haré porque quiero y deseo hacerlo». Gracias a Dios mi mamá siempre entendió que tengo que vivir mis procesos y conté con su apoyo.
Viví situaciones que me pusieron en peligro considerando que New York es una ciudad donde el acoso callejero es excesivo. Nunca me paso nada muy personal porque siempre tome muchas precauciones por ejemplo: si era muy tarde pedía un Uber compartido para no ir sola en el coche. Empecé a ser muy sociable y algunas mujeres me dieron tips para sobrevivir a las noches en NY: no ir por lugares oscuros, llevar las llaves de cierta manera, no seguir nunca el mismo camino a casa. Una vez una persona me siguió pero pude perderle por ese tipo de cosas.
Recomiendo muchísimo viajar sola pero, también hacer muchas otras cosas. Quizás viajar sola no tiene que ser el primer contacto como lo fue para mi pero si considero que es necesario para aprender a vivir la vida en solitario ya que viajando es cuando más disfrutamos los días.
También recomiendo aprender sobre cómo protegernos a nosotras mismas y a tener conciencia en el momento para poder disfrutar y estar pendiente de tus alrededores. Si vas a viajar sola haz una investigación sobre todo: lugares, personas, protección, seguridad. Siempre hay que estar preparadas y no a lo loco sin saber qué puede pasar. Es super importante que las mujeres aprendamos a viajar y hacer cualquier tipo de cosas solas porque PODEMOS.

«Muchos me dijeron que estaba loca, las personas no entienden que no todos vamos por ahí en tribu»
Primer viaje sola: 23 años
Mi nombre es María de los Ángeles, tengo 30 años y soy auxiliar dental.
La primera vez que viaje sola tenía 23 años, fui a Irlanda por 3 meses sin haber salido nunca de Venezuela. Fue el mejor regalo de graduación. Estaba pasando por cosas muy malas y así me fui, sin saber nada, sin GPS ni nada de esas cosas que tenemos ahora, incluso usaba un BlackBerry.
Esta experiencia me hizo ver que mi vida no giraba solo en esa burbuja donde estaba, que habían otras culturas. A mi me sorprendió mucho la cultura irlandesa, además descubrí todo el mundo que estaba preparado para mi y entendí que lo tenia en mis manos. Todo era nuevo y sentía mucho miedo porque no sabia si podría con eso, pero fue muy divertido.
Muchos me dijeron que estaba loca, las personas no entienden que no todos vamos por ahí en tribu. Me decían que estaba loca porque no lo conocía, porque me podría pasar algo pero yo sentía que algo me llamaba y tenia que hacerlo, aunque solo tuviese 23 años.
Siempre me sentí muy segura, no tuve ninguna situación de peligro, al menos que perderse en la ciudad se considere de esa forma. Cuando estás en ese momento donde ves las cosas buenas que te prepara el destino no estas esperando que pase algo malo.
Si tengo que decirle algo a alguna mujer que quiera viajar sola le diría: «Estas tardando mucho». Si no lo has hecho tienes que hacerlo ya. Cuando viajas sola llega un punto donde hablas mucho contigo misma, eres tu mejor compañera, te conoces, te ríes de tus errores, conoces personas nuevas porque te abres a conocer gente. Mi consejo es que vivan, que todo lo que puedan hacer lo hagan y que viajen, esa es la mejor medicina que hay. Es el momento de lanzarte. Nunca es tarde.

«Recuerdo sentirme feliz, en un lugar nuevo. Sola en medio del mundo, sintiendo que el mundo estaba en medio de mi.»
Primer viaje sola: 20 años
Mi nombre es Niurka Ramírez, oficialmente me dedico a construirme y observar pero extraoficialmente, estoy trabajando en algún mall en Charlotte – Estados Unidos.
Desde muy pequeña he viajado sola, viajes relativamente cortos, pero voy a hablar de uno en específico que hice a los 20 años.
Viajé en autobús alrededor de 14 horas, atravesé el país y llegué a un pueblito que no conocía en los andes de Venezuela. Allí agarre un Jeep rústico que me llevó por una montaña y luego tuve que caminar por un sendero hacia arriba para conseguir la posada. Recuerdo que cuando llegué pensaba: «¡¡¡Que hermoso es este lugar!!!» Ahí sólo estuve dos días pero fue genial, me conecte con la naturaleza y conmigo misma a partir del nivel de conciencia que tenía en ese momento.
Tomé la decisión porque estaba abrumada, cansada de la rutina y de la vida. Cuando tienes 20 años la vida puede ser aún más intensa e incomprensible.
Hoy en día después de 10 años, puedo decir que hay lecciones que se asimilan tiempo después pero, de lo inmediato fue la réplica de la misma acción, es decir, si lo hice una vez ¿Por qué no puedo hacerlo de nuevo?
Recuerdo sentirme feliz, en un lugar nuevo, viendo personas nuevas, comiendo otra comida, respirando otro aire. Sola en medio del mundo, sintiendo que el mundo estaba en medio de mi, experimentar el silencio, conocer otra verdad, comprender otra forma de existir y sentir que algo tan efímero te ayuda a crecer y ser más libre.
No me encontré con ningún prejuicio porque no le conté a nadie que lo haría sola. La verdad es que no cuento muchas de mis cosas porque no me interesa que otras personas me intenten aconsejar, ya que los consejos vienen de su realidad, de sus miedos y de su forma de enfrentar la vida y eso no tiene nada que ver conmigo.
No viví ninguna situación que me pusiera en peligro pero recuerdo que en medio de la noche me tocaron la puerta y me asusté un poco. Cuando algo me genera miedo me digo a mí misma que no es real, desde pequeña lo he hecho. Pero hoy entiendo que el miedo viene del ego, y que el ego quiere protegernos de una forma primitiva y automática.
Mi primer consejo para mujeres que quieran viajar solas sería que lo hagan, que no dejen de sorprenderse ni de estar alerta. No dejen de sentirse seguras y queridas. Si se sienten seguras y queridas lo estarán siempre. Esta es una forma de no atraer cosas que no quieres. Divertirse mucho, tomar mucha agua, tomar fotos y observar todo.

«En mi viaje he encontrado a la Tanja que realmente soy y quiero ser. Deseo lo mismo para todos los demás.»
Primer viaje sola: 26 años
Me llamo Tanja Rudolf, tengo 27 años y soy de Alemania, aunque la mitad de mi corazón se ha vuelto español ;). Soy empresaria formada en los medios de comunicación, pero ahora trabajo en un pequeño y bonito café, esto me permite ganar mi dinero de forma más flexible y luego viajar una y otra vez.
A los 26 años, en agosto de 2020 (en plena pandemia de Corona), embarqué el primer viaje en solitario que cambió toda mi vida. Me asustó mucho dar ese paso. Pero lo logré. Y estoy increíblemente orgullosa de ello.
Fue el Camino de Francés el que me llamó ¿Por qué el Camino de Francés? Me gustaría contarles mi pequeña historia personal:
Desde que tengo uso de razón, he luchado contra los ataques de pánico y los sentimientos de soledad. Mis padres se separaron cuando yo tenía 2,5 años. Me transmitieron muchos sentimientos que probablemente no eran míos. Durante muchos años probé diferentes formas de terapia y trabajé con psicólogos, mejoró mucho. Sin embargo, no habían desaparecido. Mi última opción parecía ser el Camino de Santiago, estar por mi cuenta, en un país extranjero. Quería aprender que estar sola no es algo malo. Que no hay nada que temer. Mi objetivo: dejar lo último de estos sentimientos en el Camino de Santiago.
A día de hoy, es lo más bonito y valiente que he hecho en mi vida. Nunca estuve realmente sola en el Camino, porque la gente iba y venía todo el día. Me dije: «Oye, si caminas sola por toda España, tan lejos de tu casa y no te sientes sola, nunca estarás sola en tu propio viaje por la vida.» Ese era el punto. Después del Camino, viajé por casi toda España, me enamoré de su cultura y del idioma. Luego trabajé en Madrid y aprendí español con fluidez. Para mí, un gran sueño y un gran anhelo se hicieron realidad.
- He aprendido a compartir.
- He aprendido el idioma de mi corazón, el español.
- He aprendido sobre diferentes culturas.
- He aprendido a conocerme mejor. Quien soy en realidad.
- Aprendí que son las pequeñas cosas de la vida las que te hacen feliz, no la cantidad de dinero que tienes en tu cuenta bancaria.
- He aprendido a ser libre.
Y lo más importante, he aprendido a escuchar a mi corazón y a seguirlo.
No me he encontrado con ningún prejuicio. He recibido valor y reconocimiento, asombro y también un poco de envidia por atreverme a hacer esto sola.
Nunca he tenido ninguna mala experiencia como viajera en solitario. Por el contrario, he experimentado la amabilidad y la cálida hospitalidad.
El mejor consejo que podría dar sería tener el valor de hacerlo. Por supuesto, como mujer siempre hay que tener cuidado con dónde vas y cómo te presentas. Sin embargo, creo más en lo bueno que en lo malo de las personas. Lo que podría ser útil para sentirse más segura cuando se viaja sola es hacer un curso de defensa personal, así tienes la posibilidad de defenderte si te encuentras en una situación de peligro.
En mi opinión, toda mujer debería viajar sola una vez en su vida. Tenemos que despertar y darnos cuenta de que no tenemos que depender de nada. Esta experiencia realza tu personalidad, te conoces de nuevo, lo que puedes hacer y lo fuerte que eres. Y algo realmente maravilloso: conoces a las personalidades más hermosas y te encuentras en conversaciones profundas con diferentes culturas de todo el mundo. En mi viaje he encontrado a la Tanja que realmente soy y quiero ser. Y deseo lo mismo para todos los demás.

«Algo que me gusta de mi es que por más encerrada que esté físicamente, mi mente siempre encuentra momentos de libertad entre las almohadas..»
Primer viaje sola: 21 años
Mi nombre es Catalina Aguilera Delgado, soy Chilena y tengo 25 años, en estos momentos me encuentro finalizando la carrera de Diseño Industrial. Desde el 2020 tengo un emprendimiento de tejidos con macramé. Algo que me gusta de mi, es que por más encerrada que esté físicamente, mi mente siempre encuentra momentos de libertad entre las almohadas. Siempre sueño que ando viajando, conociendo o acampando en algún lugar bonito.
La primera vez que viaje sola tenía 21 años pero hoy me enfocaré en el segundo viaje porque considero que fue en el que más aprendí debido al tiempo y la diversidad cultural.
El primer viaje fue para hacer una práctica en el norte de Chile, en la Serena. El segundo fue a través de una beca que me gané en la universidad para realizar un intercambio estudiantil en la universidad de Zaragoza, España. En ese momento tenía 22 años.
Tome la decisión porque escuché por compañerxs mayores que se podían hacer intercambios al extranjero. Supuestamente la beca te pagaba todo el viaje, entonces cómo no intentarlo? Además mi amigo de la universidad igual se motivó y pensamos irnos juntos (aunque después se bajó jaja).
A mi siempre me había gustado la idea de viajar y conocer. Tenía muchas amistades que iban a todos lados mochileando y me contaban sus experiencias. Yo lo único que quería era tener tiempo libre para poder tener mis propias experiencias, historias y aventuras pero mis vacaciones estaban siempre ocupadas así que cuando me enteré de esta oportunidad y vi que calzaba con mi perfil, decidí jugármela.
Durante segundo y tercero comencé a incorporarme en actividades universitarias para la suma de créditos que te pedían en la postulación de la beca. Por otro lado, comencé a ahorrar para darme algunos gustos allá. Además mi mejor amiga del colegio se había ido justo a España y podríamos reencontrarnos y viajar juntas. Sentí que era una oportunidad que no podía desaprovechar.
Aprendí mucho de mi, fue un viaje introspectivo. Me di cuenta que no soy de esas personas apegadas emocionalmente a las amistades ni a la familia. En ningún momento estuve triste por encontrarme lejos como les pasa a muchas personas.
También descubrí que no era tan sociable como pensaba. Con amigxs de mis amigxs se me hace re fácil interactuar, pero al estar sola en una ciudad donde no conocía a nadie, además con otra cultura… no se, todo era muy extraño, creo que me hice re pocas amistades españolas e hice mas amistades con personas que estaban en la misma que yo, de intercambio o viajando. Reprimí un poco la persona que era para “encajar” en esa cultura, tenía que pensar mucho el cómo expresarme, porque aquí en Chile tenemos nuestro propio idioma. Cuando volví me dijeron que había llegado más tímida, más callada, y tiene sentido. Allá no podía ser la misma persona que era acá por restricciones como el lugar.
Aprendí también que una no puede con todo y que está bien. Tomé 5 clases que esperaba pasar, además de viajar y tener vida social: ¡Imposible! Al final solo me quede con 2 ramos pero igual, lo comido y lo bailado no me lo quita nadie.
Mi familia es super aprensiva, al menos mis padres, nunca me dijeron algo negativo, lo normal, supongo, que me cuidara, que no anduviera hasta tan tarde y que me comunicara todo el tiempo. Obviamente ellos tenían incertidumbre, recuerdo que tenía que comunicarme con ellos todos los días al principio, hasta que les dije que no era sano para ningunx.
No diría que viví situaciones peligrosas, pero sí unas caóticas y una intimidante.
Llegué a España sin tener alojamiento pagado porque todo lo que había visto en internet estaba sobre mi presupuesto. Coordine con mi amiga del colegio para quedarme con ella la primera semana, y desde España seguir haciendo llamadas más directas, pero aun así nada. Por suerte encontré la página de “Erasmus Zaragoza”, comenté mi situación y una chica mexicana que estaba de viaje por estudios igual, me alojo durante una semana en su sillón, lo que me dio tiempo para buscar alojamiento en la ciudad.
Otra situación incómoda que pasé fue que en un viaje que hice a República Checa. Como no tenía mucho dinero y quería viajar lo máximo posible un 80% de los viajes que hice estando allá fue a través de la aplicación couchsurfing, que por cierto la recomiendo muchísimo. Había hecho un viaje abierto, y justo un chileno como de 35 años me escribió que podía alojarme en su sofá, y pensé que era una buena idea, ya que yo solo sé hablar español. Creo que fue la primera noche cuando me sentí incomoda, nos habíamos recién ido a acostar, y este hombre me dice que si quiero ver una serie con él en su cama yo respondí que no, pero que me hizo sentir muy incómoda y atenta, comencé a buscar hostales para irme esa misma noche o al día siguiente y recuerdo también que le envié la dirección y los datos a mi hermana. Anteriormente se había lanzado unos comentarios bastantes asquerosos, al final decidí quedarme ahí, los hostales estaban caros y sentí que podía manejar la situación (algo que hoy en día no hubiese hecho, me expuse demasiado).
La tercera noche mientras estábamos cocinando para cenar, él comenta: “Y yo me acerco a ella y le chanto un beso así” me agarra la cabeza y se me acerca a darme un beso en la boca, pero justo antes de que sus labios toquen los míos el coloca su mano entre ambas bocas… El tipo era un asqueroso, y me da mucha rabia pensar que aquí en Chile estoy y estamos todas las mujeres expuesta a ese trato y ese pensamiento machista… En todos mis viajes estando allá, todos me respetaron, no tuve conflicto de este tipo con nadie, y al primer chileno que conozco me llevo esta experiencia. Lo que más me arrepiento fue que en la publicación que le dejé en su perfil, no coloque lo incómoda que me sentí y siento que expuse a muchas mujeres vivir mi misma o una peor situación.
¡Ultra recomiendo viajar solas! Al menos desde mi experiencia, si te vas a quedar en casas, hostales, camping,etc. Dale! nada puede salir mal, pero si es modo “mochilero”, no sé, tengo mis aprensiones, yo personalmente no lo he hecho por miedo, viajar sin dinero, acampar a solas en la calle… Igual se de muchas mujeres que lo han hecho y les ha ido re bien igual.
Consejos:
–Siempre tus cosas de valor en un banano, y nunca te quites el banano (o riñonera), o enrollado en la pierna o en el brazo.
-Caminar por lugares iluminados y transitados.
–Conversa con los vendedores ambulantes, con la gente del lugar, no solo con quienes están en los hostales. Esta es la mejor forma de aprender de un lugar, además te dan datos re interesantes, como lugares bonitos del sector que buscando por internet no encuentras.
– Nunca te quedes dormida haciendo dedo, aunque estés con más amistades, siempre mínimo 2 despiertos.
– Siempre observa a tu alrededor por si pasa cualquier situación que te haga sentir en peligro y tener a mano siempre algo con que poder defenderte. Yo toco la quena, una flauta de madera, yo siempre ando con ella en mano porque aparte de que suena bonito, me sirve para defenderme de cualquier situación.
– Siempre intentar viajar ligera, con la ropa justa, sus 4 tenidas y era! (yo viajo con 3 ji), y siempre viajar con un termo que puede llenar gratis con agua caliente en los locales de comida, andar con medicamentos (sobre todo esas pastillas de carbón, viadil e ibuprofeno) y con una bolsa de avena por si en algún momento te da hambre (es contundente y es nutritivo, con un poco de agua y ya esta!). Y siempre ten hilo y aguja, es muy necesario.
–Atrévete a vivir experiencias, come comidas exóticas, date lujos. Invierte en experiencias que no encuentras en el lugar de donde vienes, que ese sea ese tu souvenir, a los demás si quieres le compras imanes, pero tampoco dejes de disfrutar de una caminata por el parque o por la plaza.
¡HOLA!

Soy María Fernández, un almita libre, diseñadora y…
MIS ESENCIALES
Conoce artículos esenciales para futuras aventuritas.
CONSEJOS PARA VIAJAR SOLX
Todo lo que me hace sentir más segura al aventurarme en un nuevo destino.
CONOCE LA CIUDAD Y A OTROS VIAJERXS
Viajar solx esta muy bien, pero recorrer la ciudad GRATIS con personas como tú está mejor.
PLANIFICA TU VIAJE
Descarga GRATIS mi planner para próximas aventuritas.
MUJERES QUE VIAJAN SOLAS
«¿Nadie quiso ir contigo?» «¡¿FUISTE SOLA?!» «¡¡¡Que peligro!!!»
Eso y miles de cosas más tenemos que escuchar las mujeres cuando decidimos hacer prácticamente cualquier cosa por nuestra cuenta.
Hoy te traigo la historia de otras mujeres que (como yo) decidieron romper con los estereotipos y se fueron a recorrer el destino perfecto para esos momentos de sus vidas. Decidí hacerlo como una entrevista para darles la facilidad de organizar sus ideas.
Estas fueron las preguntas en cuestión:
- Haz un pequeño resumen sobre ti. ¿Cuál es tu nombre? ¿A qué te dedicas? ¿Cuántos años tenias la primera vez que viajaste sola?
- ¿Cuál fue tu primer viaje en solitario?
- ¿Por qué tomaste esa decisión?
- ¿Aprendiste algo al vivir esa experiencia?
- ¿Con que prejuicios te encontraste cuando contaste que lo harías sola?
- ¿Viviste alguna situación que te pusiera en peligro?
- ¿Cómo lo solucionaste?
- ¿Qué consejo le darías a otras mujeres que quieran viajar solas?
- ¿Lo recomiendas?
Cada una de estas chicas tiene una historia diferente, un viaje particular, el corazón lleno de ganas de brindarte la inspiración que te hacía falta para coger tu mochila y comerte el mundo pero también muchas perspectivas de cómo puedes estar sola aunque «tengas compañía».

«Lo primero que me dijeron fue “¿sola, sola?” como si con un sola no bastaba»
Primer viaje sola: 37 años
Mi nombre es Fabiana, soy uruguaya, vivo en un balneario en el este del país (Piriápolis) psicóloga de vocación y profesión, mamá de un pequeño de diez años, estudiante de arte e integro desde hace varios años un grupo de teatro independiente.
La primera vez que me embarqué en un viaje sola tenía 37 cumpliendo mis 38 en el viaje. Aterricé en Madrid, un sueño que había tenido toda mi vida. Desde ahí recorrí Málaga, Torremolinos, Granada, Sevilla, Córdoba, Barcelona.
Decidí viajar sola para encontrarme conmigo misma y poder vivir mi sueño desde mis deseos y desde lo más profundo de mi ser. Elegí viajar sola, elegí celebrar mi cumpleaños y que el universo me fuera llevando a donde necesitaba ir.
Aprendí que viajar sola es fascinante, que puedes vivir tus propios ritmos. En este lado del mundo en el que vivo no tenemos naturalizado que por ejemplo una mujer se siente sola en un bar a cenar o beber, sentirme cómoda brindando conmigo misma fue de las mejores. Recorrer los museos dialogando conmigo misma. Encontrarme con mujeres que también viajaban solas, reconocernos y conectar.
Lo primero que me dijeron fue “¿sola, sola?” como si con un sola no bastaba, algunas personas hasta fantasearon con que iba acompañada y no quería decirlo o se fijaban en las fotos a ver si salía alguien más. También preguntaban “¿Qué iba a hacer, a dónde iba a ir?, ¡¿sola? ¿sola?!”.
No viví absolutamente ninguna situación de peligro, transité las noches, recorrí todos los lugares que quise y nunca me sentí en riesgo.
Si bien sabemos que muchas veces las mujeres estamos en riesgo, no siempre ese riesgo viene de un extraño que te aborda en un callejón oscuro, morimos a manos la mayoría de las veces de quien nos juró amor y eso no tiene que ver con el viajar o estar sola.
Les invito a animarse, no esperen compañía, con nuestros deseos basta. La compañía es una misma, con la certeza siempre de que en el camino las mujeres libres nos reconocemos y acompañamos.
¡LA VIDA ES AHORA Y HAY QUE VIVIRLA!

«En general, una vez rompes esa barrera ‘mental’ del primer viaje, los demás vienen solos.»
Primer viaje sola: 23 años
Me llamo Ana y soy periodista, empecé trabajando en un diario regional y lo disfruté muchísimo, pero no encontré estabilidad en los medios de comunicación y empecé a trabajar en empresas, como responsable de su departamento de comunicación y marketing.
A los veintipocos empecé a viajar en serio y mi primer viaje sola fue con 23 años.
Quería explorar Europa y aproveché que viví un año en Francia para irme de viaje por capitales europeas en transporte económico y durmiendo en hostales. Empecé con viajes cortos de fin de semana. Sentí que necesitaba explorar mundo, conocer nuevas culturas, perderme en ciudades nuevas, ponerme un poco al límite y disfrutar el proceso.
Aprendí a ser más consciente de la realidad que me rodeaba, al tener que estar pendiente de cosas que normalmente no hago ‘en casa’, como por ejemplo, buscar referencias para orientarme al callejear, o hablar con desconocidos (cuando viajas con amigos la conversación se centra en ellos y no buscas a nadie más), mirar con ojos de niño lo que para otros es rutina.
En general, la pregunta más repetida era: ¿por qué? y yo pensaba, ¿por qué no?
Viajando sola alguna vez puede ocurrirte alguna cosa, en mi primer viaje no ocurrió nada malo pero en otros sí. Suelo ser prudente pero en ocasiones sencillamente pasear sola en determinados lugares, puede ser peligroso. Incluso en tu ciudad. Tuve la suerte de estar entrenada en Kung-fú durante muchos años, y me dio las herramientas necesarias para defenderme rápidamente y salir corriendo, así que no ocurrió nada pero pudo haber tenido un desenlace horrible.
Lo recomiendo cien por cien, te da seguridad y te abre un mundo enorme de posibilidades. No soy mucho de dar consejos, quizás solo recomendaría tener prudencia y sentido común, especialmente en lugares con culturas y legislaciones diferentes. ¡Y disfrutar del camino! En general, una vez rompes esa barrera ‘mental’ del primer viaje, los demás vienen solos. ¡Anímate!

«Sentí que la única forma era largarme a viajar para poder experimentar otras cosas.»
Primer viaje en solitario: 18 años
@alinfinitoo
Mi nombre es Evangelina González Rodríguez , es re largo pero mis amigos en Alemania me dicen Evan porque no me siento mujer ni hombre (esto no lo cuento mucho porque tengo miedo de ser juzgada) así que prefiero que me llamen Evan, ya que es un nombre más neutro. Soy viajera, manejo un restaurante y tengo un canal de Youtube pero voy laburando en lo que la vida me presente.
La primera vez que viajé sola tenía 18 años recién cumplidos. Me fui desde Mendoza Argentina a Córdoba Argentina haciendo dedo. Me llevó un señor que me marcó mucho con una frase que decía: “Si vas hablar de alguien que sean solo cosas buenas”. Esto me quedó porque después, en el viaje, me hizo ver muchas cosas. Puede parecer muy sencillo, pero si hablas mal de alguien, con el tiempo, siempre vuelve.
Tomé la decisión de viajar sola porque nací y crecí en una finca muy pequeña en Argentina y aunque tenía muchas ganas de conocer el mundo no contaba con las posibilidades. Sentí que la única forma era largarme a viajar para poder experimentar otras cosas.
Al vivir esta experiencia aprendí a ser libre. Entendí que solo vemos hasta cierta distancia y que debemos ir pasito a pasito porque no sabes cómo se dará el viaje. Por ejemplo, cuando me fui en ese camión de Mendoza a Córdoba, jamás me imaginé que ahora estaría viviendo en Alemania, que iría a las Maldivas, Indonesia y un montón de lugares que he conocido y aquella Eva de 18 años no se habría imaginado.
Cuando conté que me iba sola la gente directamente ni me creía, era como: “Sisi, la Eva diciendo flashadas otras vez”, “¿Pero por qué no te vas con tu amigo o con una amiga?” “¿Sola y mujer? Te va a pasar algo”. “Encima viajando con camioneros haciendo dedo, el mundo está muy malo…” En mi canal de Youtube tengo un vídeo donde hablo sobre cómo ser mujer y viajar sola (Haz clic aquí para verlo).
En un viaje en Lille – Francia viví una situación de peligro. La pasé mal pero logré escapar con un tip que doy en el vídeo de Youtube. Yo estaba esperando mi próximo tren, pero la estación iba a cerrar un par de horas así que, como no tenía reserva en ningún hotel, fuí con un chavo (que conocí allí) y quedamos en tomarnos unas copas mientras pasaba el tiempo de espera. Al salir de la estación nos acorralaron dos hombres, nos separaron y empezaron a pedirnos dinero. Tuve que correr alrededor de 1km pero logré escaparme. Es importante estar en forma si quieres viajar sola.
(Si quieres conocer la historia completa haz clic aquí).
El consejo que les daría a otras mujeres que quieran viajar solas sería que se escuchen, que escuchen sus emociones. No digan “Si” solo para agradar. A veces creemos que debemos agradarle a todos, tenemos ese concepto sobre las mujeres, pero para mantenerte a salvo debes ser un poco tosca e irte si no quieres estar en un lugar.

«Siempre he pensado que las personas que emigran, y las que viajan solas por el mundo, vuelven a nacer, una y otra vez.»
Primer viaje sola: 21 años
Hola, mi nombre es Paola Bizzarro. Soy una venezolana de 26 años. Amante de las personas y de cómo funciona nuestra mente, por esa razón estudié la Psicologia en Venezuela, específicamente Maracaibo. Soy mamá primeriza, de un bebé de seis meses y en constante aprendizaje de todo lo que esto de la “maternidad” involucra.
La primera vez que viaje sola tenia 21 años, estaba recién graduada de la universidad, razón por la cual mi mamá me obsequió, un ticket para Londres, UK.
Realmente, fue un obsequio, no considero que haya sido una decisión 100 % propia, sino más bien, una aventura. Nunca había pisado Europa, y por eso estaba súper emocionada de venir.
Mi estadía aquí y el ticket tenia un tiempo de tres meses. Pero luego de conocer Londres, una situación u otra me hicieron tomar la decisión de quedarme.
Eso, si considero que fue 100 % mi decisión, entonces podría decir, que el destino fue aleatorio, y la decisión de sembrar raíces en este país (Inglaterra) la tomé yo, a los 21 años, sin familia, y sin amistades.
Una de las principales razones, es la situación actual de mi país de origen, lo que me hizo reflexionar en cuanto a: ¿Dónde podría estar que pueda sentir que tengo + oportunidades?
Siempre he pensado que las personas que emigran, y las que viajan solas por el mundo, vuelven a nacer, una y otra vez.
Cuando viaje sola por primera vez, y decidí quedarme, puedo decir que esa fue mi segunda vida de esta vida, esa decisión me ha formado, me ha forjado como persona, y me ha abierto muchísimo más la mente. Aprender un nuevo idioma, probar nueva comida y entender como piensan personas de otra cultura.
Cuando eres mujer, y tienes apenas 21 años, eres más juzgada. Me encontré con muchos prejuicios, más que todo de familiares. Quizás porque piensan que eres más débil, quizás porque piensan que no vas a poder, o que piensan que necesitas un hombre a tu lado para mantenerte económicamente estable. Cosa que no sucedió, y lo demostré.
No viví ninguna situación de peligro, pero si bastantes situaciones incómodas, en las que una persona en su país de origen sabría cómo resolverlas. Suena tonto, pero una cosa tan simple, como no saber utilizar el GPS, o no saber qué transporte público es el que debes tomar para llegar a casa a las 3:00 de la mañana, luego de salir de trabajar es algo bastante engorroso. Te enseña un montón, porque te caes una vez, y si te vuelves a caer es porque tenías que volver aprender. Siempre busqué soluciones y me enfocaba en el “Si puedo sola”.
Ya el estar en otra cultura, con otro pensar, con otro idioma es una situación complicada de por sí. Donde, realmente el que sale airoso es el que se centra en las soluciones y no en los problemas.
Las personas que temen viajar solas es porque tiene un miedo un poco más profundo. [Aqui sale la Psicologa que hay en mi].
Ese miedo tiene nombre y apellido: y es encontrarte contigo mism@.
En mi caso, y ojo cada experiencia totalmente diferente, tenía mucho miedo a encontrarme conmigo, porque no me conocía, porque nunca lo había experimentado, porque nunca me había sentado en un restaurante o en un café y había pedido una mesa para 1.
Entonces: si tienes como objetivo, conocerte, y por ende amar muchísimo más tu propia compañía, lo recomiendo 100 %.

«Cuando conté que me iría sola me dijeron que sería muy peligroso, que me podían robar o secuestrar. Así que tomé la decisión sin importarme lo que me decían.»
Primer viaje sola: 20 años
Mi nombre es Laura, actualmente solo estudio.
La primera vez que viaje sola tenía 20 años, fui a España, a un voluntariado, pero aproveche para conocer las ciudades más importantes como: Madrid, Zaragoza y Barcelona.
Siempre había querido viajar y decidí España ya que tenemos la misma lengua y así me sería más sencillo aprender cómo viajar sola. Aprendí muchísimas cosas sobre la independencia, a tomar mejores decisiones, a comprar lo necesario. Ser más consiente con el dinero y a manejar mis finanzas.
Cuando conté que me iría sola me dijeron que sería muy peligroso, que me podían robar o secuestrar. Así que tomé la decisión sin importarme lo que me decían. No viví ninguna situación de peligro pero si momentos donde me pude sentir un poco expuesta, por ejemplo, en Barcelona me quedé en un hotel que está ubicado en una zona donde roban a muchos turistas. No me pasó nada, pero de igual forma tomé precauciones como: caminar rápido y estar muy atenta a mi alrededor.
A otras mujeres que quieran viajar solas les diría que: HAGÁNLO, tengan cuidado siempre, envíen su ubicación en tiempo real a personas de confianza. Tengan batería portátil e investiguen si conocen a alguien que viva en el destino a donde se dirigen por si necesitan un poco de ayuda.
En este momento estoy haciendo mi 4to viaje en solitario y lo recomiendo totalmente. Es una experiencia única.

«Esa sensación de libertad que me llena de magia, me pone de un humor increíble y me hace sentir capaz de salvar a todo el mundo .»
Primer viaje sola: 24 años
Mi nombre es Salomé González Torres, cuando organicé mi primer viaje en solitario tenía 27 años, era un tour para conocer toda Andalucía – España, pero solo pude ver Málaga y Sevilla por un brote de Crohn que no me permitió culminar. De igual forma, antes de aquello ya había viajado sola a Dublín para aprender inglés (aunque no lo organicé yo) con 24 años. Fue en ese momento cuando note que me costaba muchísimo estar conmigo misma, era una persona que no podía hacer nada sola porque se sentía aburrida. Con el pasar del tiempo, me di cuenta que era porque no me conocía.
Aquí comenzó todo, fui a Dublín para aprender inglés pero para ello debía socializar en una ciudad donde no conocía a nadie, así que empecé a salir sola, iba a bares, hacia todo sola. Allí me enganché, dije: «Esto es lo mío». Desde el 2017 no viajo en grupos porque me di cuenta que es mi momento para conocerme y estar conmigo.
El primer prejuicio con el que me encuentro cuando le digo a alguien que me voy sola es: «¡¿No te da miedo?!» pero también están los clásicos: «¿No te aburres?» «¿Cómo vas a ir a cenar sola?». Ya no es solo cuando voy a viajar, también es cuando quiero hacer cualquier cosa conmigo misma.
Al viajar siempre estamos expuestos a peligros, estemos solos o acompañados. Aunque es cierto que estando solas más. Yo lo que siempre hago es enviarle mi ubicación a mi hermana y estoy en constante comunicación con ella.
En los 6 años que tengo viajando sola, solo una vez estuve en una situación de peligro. Fue una noche en Granada, cuando volvía al hostal al pasar frente un bar, un hombre empezó a sisearme y fue tras de mi. Yo empecé a caminar más rápido y entre a un local, me quedé allí hasta que no vi más al hombre y luego corrí hasta el lugar donde me hospedaba.
De todas las cosas que yo he recomendado en mi vida, viajar «sola» (yo nunca viajo sola, siempre viajo conmigo misma) es lo mejor que me ha pasado porque me desconecto de todo; disfruto de mi tiempo, mi momento, mis decisiones; conozco muchísimas personas porque al estar sola se te acercan otros viajeros y tú no estas enfocada solo en tu grupo, vas a tu ritmo y nadie te va a juzgar. Te atreves hacer cosas nuevas pero sobre todo te hace sentir en libertad total.
También es cierto, he tenido que reconocer que viajar en solitario no es para todo el mundo. No todos se conocen, ni les gusta pasar tiempo a solas para hacerlo. Así que ese tipo de personas no disfrutaran de la experiencia. Los primeros viajes en solitarios son muy difíciles porque tienes que cargar con todos tus defectos así como disfrutas de tus virtudes, lo importante es que estés dispuesta hacerlo.

«Cumplí 19 años e inicié mi primer viaje en solitario y aunque estaba acompañada por mi pareja de ese momento, mentalmente me sentí sola.»
Primer viaje sola: 19 años
Mi nombre es Ale Acosta, tengo 23 años, soy de Caracas Venezuela, artista visual y ahora estilista de moda creativa. Trabajo en producciones de Campañas audiovisuales y ese tipo de cositas.
Estaba acostumbrada a viajar con mi familia: mamá, papá, hermanos. Hasta que cumplí 19 años e inicié mi primer viaje en solitario aunque estaba acompañada por mi pareja de ese momento, mentalmente me sentí sola.
Siempre tuvimos el sueño de ir juntos a New York. El plan era viajar a Estados Unidos para trabajar, hacer un colchón de ahorros y apoyarnos mutuamente. Nuestra relación terminó y pusimos pausa al plan, aunque nunca cortamos comunicación. Un año después, me ofreció ir con él para acompañarnos, apoyarnos y ser un equipo. Yo acepté y pensé que era una oportunidad para nuestra relación… Como nunca lo confirmé, fue el primer paso al desastre. Tomé esa decisión porque era nuestro sueño, comenzaríamos desde cero y siempre quise vivir la experiencia de vivir en un lugar donde no conociera nada. Llegué a New York y así fue, no conocía nada ni a nadie, salvo a él y su círculo.
De esta experiencia aprendí a ser independiente por completo. Entendí que nadie hará la compra, limpiará o preparará la comida por ti. Antes de todo esto yo era una persona que necesitaba mucha compañía, ir a tomar un café e incluso ir al baño juntas. Aprendí a estar sola, hacer todo por mi misma, a sentirme cómoda al ir a comer o caminar sola, a disfrutar de mi propia compañía. Definitivamente es de las cosas que más agradezco.
La mayoría de prejuicios que recibí fueron familiares: «¡¿Cómo te vas con él si no están casados?!», «¡¿Tu mamá te deja?!», me preguntaban qué hacía con mi vida y yo solo les respondí: «Lo haré porque quiero y deseo hacerlo». Gracias a Dios mi mamá siempre entendió que tengo que vivir mis procesos y conté con su apoyo.
Viví situaciones que me pusieron en peligro considerando que New York es una ciudad donde el acoso callejero es excesivo. Nunca me paso nada muy personal porque siempre tome muchas precauciones por ejemplo: si era muy tarde pedía un Uber compartido para no ir sola en el coche. Empecé a ser muy sociable y algunas mujeres me dieron tips para sobrevivir a las noches en NY: no ir por lugares oscuros, llevar las llaves de cierta manera, no seguir nunca el mismo camino a casa. Una vez una persona me siguió pero pude perderle por ese tipo de cosas.
Recomiendo muchísimo viajar sola pero, también hacer muchas otras cosas. Quizás viajar sola no tiene que ser el primer contacto como lo fue para mi pero si considero que es necesario para aprender a vivir la vida en solitario ya que viajando es cuando más disfrutamos los días.
También recomiendo aprender sobre cómo protegernos a nosotras mismas y a tener conciencia en el momento para poder disfrutar y estar pendiente de tus alrededores. Si vas a viajar sola haz una investigación sobre todo: lugares, personas, protección, seguridad. Siempre hay que estar preparadas y no a lo loco sin saber qué puede pasar. Es super importante que las mujeres aprendamos a viajar y hacer cualquier tipo de cosas solas porque PODEMOS.

«Muchos me dijeron que estaba loca, las personas no entienden que no todos vamos por ahí en tribu»
Primer viaje sola: 23 años
Mi nombre es María de los Ángeles, tengo 30 años y soy auxiliar dental.
La primera vez que viaje sola tenía 23 años, fui a Irlanda por 3 meses sin haber salido nunca de Venezuela. Fue el mejor regalo de graduación. Estaba pasando por cosas muy malas y así me fui, sin saber nada, sin GPS ni nada de esas cosas que tenemos ahora, incluso usaba un BlackBerry.
Esta experiencia me hizo ver que mi vida no giraba solo en esa burbuja donde estaba, que habían otras culturas. A mi me sorprendió mucho la cultura irlandesa, además descubrí todo el mundo que estaba preparado para mi y entendí que lo tenia en mis manos. Todo era nuevo y sentía mucho miedo porque no sabia si podría con eso, pero fue muy divertido.
Muchos me dijeron que estaba loca, las personas no entienden que no todos vamos por ahí en tribu. Me decían que estaba loca porque no lo conocía, porque me podría pasar algo pero yo sentía que algo me llamaba y tenia que hacerlo, aunque solo tuviese 23 años.
Siempre me sentí muy segura, no tuve ninguna situación de peligro, al menos que perderse en la ciudad se considere de esa forma. Cuando estás en ese momento donde ves las cosas buenas que te prepara el destino no estas esperando que pase algo malo.
Si tengo que decirle algo a alguna mujer que quiera viajar sola le diría: «Estas tardando mucho». Si no lo has hecho tienes que hacerlo ya. Cuando viajas sola llega un punto donde hablas mucho contigo misma, eres tu mejor compañera, te conoces, te ríes de tus errores, conoces personas nuevas porque te abres a conocer gente. Mi consejo es que vivan, que todo lo que puedan hacer lo hagan y que viajen, esa es la mejor medicina que hay. Es el momento de lanzarte. Nunca es tarde.

«Recuerdo sentirme feliz, en un lugar nuevo. Sola en medio del mundo, sintiendo que el mundo estaba en medio de mi.»
Primer viaje sola: 20 años
Mi nombre es Niurka Ramírez, oficialmente me dedico a construirme y observar pero extraoficialmente, estoy trabajando en algún mall en Charlotte – Estados Unidos.
Desde muy pequeña he viajado sola, viajes relativamente cortos, pero voy a hablar de uno en específico que hice a los 20 años.
Viajé en autobús alrededor de 14 horas, atravesé el país y llegué a un pueblito que no conocía en los andes de Venezuela. Allí agarre un Jeep rústico que me llevó por una montaña y luego tuve que caminar por un sendero hacia arriba para conseguir la posada. Recuerdo que cuando llegué pensaba: «¡¡¡Que hermoso es este lugar!!!» Ahí sólo estuve dos días pero fue genial, me conecte con la naturaleza y conmigo misma a partir del nivel de conciencia que tenía en ese momento.
Tomé la decisión porque estaba abrumada, cansada de la rutina y de la vida. Cuando tienes 20 años la vida puede ser aún más intensa e incomprensible.
Hoy en día después de 10 años, puedo decir que hay lecciones que se asimilan tiempo después pero, de lo inmediato fue la réplica de la misma acción, es decir, si lo hice una vez ¿Por qué no puedo hacerlo de nuevo?
Recuerdo sentirme feliz, en un lugar nuevo, viendo personas nuevas, comiendo otra comida, respirando otro aire. Sola en medio del mundo, sintiendo que el mundo estaba en medio de mi, experimentar el silencio, conocer otra verdad, comprender otra forma de existir y sentir que algo tan efímero te ayuda a crecer y ser más libre.
No me encontré con ningún prejuicio porque no le conté a nadie que lo haría sola. La verdad es que no cuento muchas de mis cosas porque no me interesa que otras personas me intenten aconsejar, ya que los consejos vienen de su realidad, de sus miedos y de su forma de enfrentar la vida y eso no tiene nada que ver conmigo.
No viví ninguna situación que me pusiera en peligro pero recuerdo que en medio de la noche me tocaron la puerta y me asusté un poco. Cuando algo me genera miedo me digo a mí misma que no es real, desde pequeña lo he hecho. Pero hoy entiendo que el miedo viene del ego, y que el ego quiere protegernos de una forma primitiva y automática.
Mi primer consejo para mujeres que quieran viajar solas sería que lo hagan, que no dejen de sorprenderse ni de estar alerta. No dejen de sentirse seguras y queridas. Si se sienten seguras y queridas lo estarán siempre. Esta es una forma de no atraer cosas que no quieres. Divertirse mucho, tomar mucha agua, tomar fotos y observar todo.

«En mi viaje he encontrado a la Tanja que realmente soy y quiero ser. Deseo lo mismo para todos los demás.»
Primer viaje sola: 26 años
Me llamo Tanja Rudolf, tengo 27 años y soy de Alemania, aunque la mitad de mi corazón se ha vuelto español ;). Soy empresaria formada en los medios de comunicación, pero ahora trabajo en un pequeño y bonito café, esto me permite ganar mi dinero de forma más flexible y luego viajar una y otra vez.
A los 26 años, en agosto de 2020 (en plena pandemia de Corona), embarqué el primer viaje en solitario que cambió toda mi vida. Me asustó mucho dar ese paso. Pero lo logré. Y estoy increíblemente orgullosa de ello.
Fue el Camino de Francés el que me llamó ¿Por qué el Camino de Francés? Me gustaría contarles mi pequeña historia personal:
Desde que tengo uso de razón, he luchado contra los ataques de pánico y los sentimientos de soledad. Mis padres se separaron cuando yo tenía 2,5 años. Me transmitieron muchos sentimientos que probablemente no eran míos. Durante muchos años probé diferentes formas de terapia y trabajé con psicólogos, mejoró mucho. Sin embargo, no habían desaparecido. Mi última opción parecía ser el Camino de Santiago, estar por mi cuenta, en un país extranjero. Quería aprender que estar sola no es algo malo. Que no hay nada que temer. Mi objetivo: dejar lo último de estos sentimientos en el Camino de Santiago.
A día de hoy, es lo más bonito y valiente que he hecho en mi vida. Nunca estuve realmente sola en el Camino, porque la gente iba y venía todo el día. Me dije: «Oye, si caminas sola por toda España, tan lejos de tu casa y no te sientes sola, nunca estarás sola en tu propio viaje por la vida.» Ese era el punto. Después del Camino, viajé por casi toda España, me enamoré de su cultura y del idioma. Luego trabajé en Madrid y aprendí español con fluidez. Para mí, un gran sueño y un gran anhelo se hicieron realidad.
- He aprendido a compartir.
- He aprendido el idioma de mi corazón, el español.
- He aprendido sobre diferentes culturas.
- He aprendido a conocerme mejor. Quien soy en realidad.
- Aprendí que son las pequeñas cosas de la vida las que te hacen feliz, no la cantidad de dinero que tienes en tu cuenta bancaria.
- He aprendido a ser libre.
Y lo más importante, he aprendido a escuchar a mi corazón y a seguirlo.
No me he encontrado con ningún prejuicio. He recibido valor y reconocimiento, asombro y también un poco de envidia por atreverme a hacer esto sola.
Nunca he tenido ninguna mala experiencia como viajera en solitario. Por el contrario, he experimentado la amabilidad y la cálida hospitalidad.
El mejor consejo que podría dar sería tener el valor de hacerlo. Por supuesto, como mujer siempre hay que tener cuidado con dónde vas y cómo te presentas. Sin embargo, creo más en lo bueno que en lo malo de las personas. Lo que podría ser útil para sentirse más segura cuando se viaja sola es hacer un curso de defensa personal, así tienes la posibilidad de defenderte si te encuentras en una situación de peligro.
En mi opinión, toda mujer debería viajar sola una vez en su vida. Tenemos que despertar y darnos cuenta de que no tenemos que depender de nada. Esta experiencia realza tu personalidad, te conoces de nuevo, lo que puedes hacer y lo fuerte que eres. Y algo realmente maravilloso: conoces a las personalidades más hermosas y te encuentras en conversaciones profundas con diferentes culturas de todo el mundo. En mi viaje he encontrado a la Tanja que realmente soy y quiero ser. Y deseo lo mismo para todos los demás.

«Algo que me gusta de mi es que por más encerrada que esté físicamente, mi mente siempre encuentra momentos de libertad entre las almohadas..»
Primer viaje sola: 21 años
Mi nombre es Catalina Aguilera Delgado, soy Chilena y tengo 25 años, en estos momentos me encuentro finalizando la carrera de Diseño Industrial. Desde el 2020 tengo un emprendimiento de tejidos con macramé. Algo que me gusta de mi, es que por más encerrada que esté físicamente, mi mente siempre encuentra momentos de libertad entre las almohadas. Siempre sueño que ando viajando, conociendo o acampando en algún lugar bonito.
La primera vez que viaje sola tenía 21 años pero hoy me enfocaré en el segundo viaje porque considero que fue en el que más aprendí debido al tiempo y la diversidad cultural.
El primer viaje fue para hacer una práctica en el norte de Chile, en la Serena. El segundo fue a través de una beca que me gané en la universidad para realizar un intercambio estudiantil en la universidad de Zaragoza, España. En ese momento tenía 22 años.
Tome la decisión porque escuché por compañerxs mayores que se podían hacer intercambios al extranjero. Supuestamente la beca te pagaba todo el viaje, entonces cómo no intentarlo? Además mi amigo de la universidad igual se motivó y pensamos irnos juntos (aunque después se bajó jaja).
A mi siempre me había gustado la idea de viajar y conocer. Tenía muchas amistades que iban a todos lados mochileando y me contaban sus experiencias. Yo lo único que quería era tener tiempo libre para poder tener mis propias experiencias, historias y aventuras pero mis vacaciones estaban siempre ocupadas así que cuando me enteré de esta oportunidad y vi que calzaba con mi perfil, decidí jugármela.
Durante segundo y tercero comencé a incorporarme en actividades universitarias para la suma de créditos que te pedían en la postulación de la beca. Por otro lado, comencé a ahorrar para darme algunos gustos allá. Además mi mejor amiga del colegio se había ido justo a España y podríamos reencontrarnos y viajar juntas. Sentí que era una oportunidad que no podía desaprovechar.
Aprendí mucho de mi, fue un viaje introspectivo. Me di cuenta que no soy de esas personas apegadas emocionalmente a las amistades ni a la familia. En ningún momento estuve triste por encontrarme lejos como les pasa a muchas personas.
También descubrí que no era tan sociable como pensaba. Con amigxs de mis amigxs se me hace re fácil interactuar, pero al estar sola en una ciudad donde no conocía a nadie, además con otra cultura… no se, todo era muy extraño, creo que me hice re pocas amistades españolas e hice mas amistades con personas que estaban en la misma que yo, de intercambio o viajando. Reprimí un poco la persona que era para “encajar” en esa cultura, tenía que pensar mucho el cómo expresarme, porque aquí en Chile tenemos nuestro propio idioma. Cuando volví me dijeron que había llegado más tímida, más callada, y tiene sentido. Allá no podía ser la misma persona que era acá por restricciones como el lugar.
Aprendí también que una no puede con todo y que está bien. Tomé 5 clases que esperaba pasar, además de viajar y tener vida social: ¡Imposible! Al final solo me quede con 2 ramos pero igual, lo comido y lo bailado no me lo quita nadie.
Mi familia es super aprensiva, al menos mis padres, nunca me dijeron algo negativo, lo normal, supongo, que me cuidara, que no anduviera hasta tan tarde y que me comunicara todo el tiempo. Obviamente ellos tenían incertidumbre, recuerdo que tenía que comunicarme con ellos todos los días al principio, hasta que les dije que no era sano para ningunx.
No diría que viví situaciones peligrosas, pero sí unas caóticas y una intimidante.
Llegué a España sin tener alojamiento pagado porque todo lo que había visto en internet estaba sobre mi presupuesto. Coordine con mi amiga del colegio para quedarme con ella la primera semana, y desde España seguir haciendo llamadas más directas, pero aun así nada. Por suerte encontré la página de “Erasmus Zaragoza”, comenté mi situación y una chica mexicana que estaba de viaje por estudios igual, me alojo durante una semana en su sillón, lo que me dio tiempo para buscar alojamiento en la ciudad.
Otra situación incómoda que pasé fue que en un viaje que hice a República Checa. Como no tenía mucho dinero y quería viajar lo máximo posible un 80% de los viajes que hice estando allá fue a través de la aplicación couchsurfing, que por cierto la recomiendo muchísimo. Había hecho un viaje abierto, y justo un chileno como de 35 años me escribió que podía alojarme en su sofá, y pensé que era una buena idea, ya que yo solo sé hablar español. Creo que fue la primera noche cuando me sentí incomoda, nos habíamos recién ido a acostar, y este hombre me dice que si quiero ver una serie con él en su cama yo respondí que no, pero que me hizo sentir muy incómoda y atenta, comencé a buscar hostales para irme esa misma noche o al día siguiente y recuerdo también que le envié la dirección y los datos a mi hermana. Anteriormente se había lanzado unos comentarios bastantes asquerosos, al final decidí quedarme ahí, los hostales estaban caros y sentí que podía manejar la situación (algo que hoy en día no hubiese hecho, me expuse demasiado).
La tercera noche mientras estábamos cocinando para cenar, él comenta: “Y yo me acerco a ella y le chanto un beso así” me agarra la cabeza y se me acerca a darme un beso en la boca, pero justo antes de que sus labios toquen los míos el coloca su mano entre ambas bocas… El tipo era un asqueroso, y me da mucha rabia pensar que aquí en Chile estoy y estamos todas las mujeres expuesta a ese trato y ese pensamiento machista… En todos mis viajes estando allá, todos me respetaron, no tuve conflicto de este tipo con nadie, y al primer chileno que conozco me llevo esta experiencia. Lo que más me arrepiento fue que en la publicación que le dejé en su perfil, no coloque lo incómoda que me sentí y siento que expuse a muchas mujeres vivir mi misma o una peor situación.
¡Ultra recomiendo viajar solas! Al menos desde mi experiencia, si te vas a quedar en casas, hostales, camping,etc. Dale! nada puede salir mal, pero si es modo “mochilero”, no sé, tengo mis aprensiones, yo personalmente no lo he hecho por miedo, viajar sin dinero, acampar a solas en la calle… Igual se de muchas mujeres que lo han hecho y les ha ido re bien igual.
Consejos:
–Siempre tus cosas de valor en un banano, y nunca te quites el banano (o riñonera), o enrollado en la pierna o en el brazo.
-Caminar por lugares iluminados y transitados.
–Conversa con los vendedores ambulantes, con la gente del lugar, no solo con quienes están en los hostales. Esta es la mejor forma de aprender de un lugar, además te dan datos re interesantes, como lugares bonitos del sector que buscando por internet no encuentras.
– Nunca te quedes dormida haciendo dedo, aunque estés con más amistades, siempre mínimo 2 despiertos.
– Siempre observa a tu alrededor por si pasa cualquier situación que te haga sentir en peligro y tener a mano siempre algo con que poder defenderte. Yo toco la quena, una flauta de madera, yo siempre ando con ella en mano porque aparte de que suena bonito, me sirve para defenderme de cualquier situación.
– Siempre intentar viajar ligera, con la ropa justa, sus 4 tenidas y era! (yo viajo con 3 ji), y siempre viajar con un termo que puede llenar gratis con agua caliente en los locales de comida, andar con medicamentos (sobre todo esas pastillas de carbón, viadil e ibuprofeno) y con una bolsa de avena por si en algún momento te da hambre (es contundente y es nutritivo, con un poco de agua y ya esta!). Y siempre ten hilo y aguja, es muy necesario.
–Atrévete a vivir experiencias, come comidas exóticas, date lujos. Invierte en experiencias que no encuentras en el lugar de donde vienes, que ese sea ese tu souvenir, a los demás si quieres le compras imanes, pero tampoco dejes de disfrutar de una caminata por el parque o por la plaza.